entre nosotras
Las mujeres pasamos por multitud de cambios durante toda nuestra vida. Es importante conocer a qué cambios hormonales, físicos o emocionales nos enfrentamos para poder convivir con ellos según nuestra etapa vital.
infancia
¡Ha sido niña!
Las mujeres pasamos por etapas muy diferentes a lo largo de nuestras vidas, y los cambios comienzan a edades muy tempranas. Por eso, es muy importante conocer bien nuestros cuerpos, para poder darles los cuidados que necesitan en cada momento.
En las niñas, la cercanía del ano y la vagina es mayor, dado que las estructuras que ejercen un papel protector están subdesarrolladas. Además, el pH vaginal durante la infancia es alcalino (pH 7.0) y puede contribuir al desequilibrio de la flora.
En esta etapa pueden aparecer las primeras molestias íntimas, como irritación o picores, y es importante solucionarlas con productos que se adecuen a las necesidades infantiles. También es el momento de establecer buenos hábitos de salud y cuidado íntimos, para que nos acompañen durante toda la vida.
pubertad
¡La revolución hormonal ya está aquí! Entre los 8 y los 13 años de edad, el cuerpo de las niñas comienza a segregar una mayor cantidad de hormonas, lo que hace que experimenten una serie de cambios rápidos. Por lo general, la primera señal es el crecimiento de los pechos, seguida de la aparición de vello corporal, cambios en la forma del abdomen y las caderas... y, por supuesto, la menstruación.
En esta etapa, la mucosa vaginal vuelve a aumentar de grosor y su pH se acidifica (pH 3.5-4.5). Con los primeros ciclos menstruales, es necesario prestar una atención especial a la salud íntima. Por un lado, el uso de tampones y salvaslips puede favorecer la aparición de sequedad vaginal. Por otro, la composición de la flora vaginal va variando en diferentes momentos del ciclo, y pueden aparecer desequilibrios que den lugar a infecciones.
Para prevenir posibles problemas, es recomendable mantener unos buenos hábitos de higiene e hidratación vaginal y estar atentas a la aparición de molestias que puedan indicar una infección.
etapa adulta
Los años fértiles de una mujer están llenos de cambios, retos y nuevas situaciones que pueden afectar a su salud a todos los niveles, también a la íntima. Una vez pasados los cambios de la adolescencia, la zona vaginal se estabiliza en un pH ácido (pH 3.5-4.5), aunque tendrá variaciones en diferentes momentos del ciclo.
Con todas las demandas de nuestro día a día, no es raro que en esta etapa haga su aparición el estrés. Esto genera un aumento de los niveles de una hormona llamada cortisol, que a su vez puede provocar un desequilibrio en la secreción de hormonas sexuales. Todo ello puede afectar al nivel de hidratación vaginal, provocando síntomas de sequedad.
Otro aspecto de nuestra salud íntima muy a tener en cuenta en esta etapa es el uso de anticonceptivos. Tanto el dispositivo intrauterino (DIU) como el diafragma pueden causar inflamaciones de las paredes vaginales o vaginitis. Las pastillas anticonceptivas pueden producir sequedad vaginal, y existe la posibilidad de manifestar alergias a las cremas espermicidas o al látex de los preservativos. En definitiva, debemos estar atentas a la aparición de posibles molestias para prevenir problemas y buscar la solución que mejor se adapte a nuestra situación.
Por último, si hablamos de cuidado íntimo, no podemos olvidarnos de nuestra vida sexual, ya que es muy importante para el bienestar general. En ocasiones, pueden aparecer algunas molestias durante el sexo, como irritación, ardor o dolor; a menudo, la causa es la falta de hidratación vaginal. Este problema es muy común y se puede solucionar fácilmente con el uso de lubricantes, que alivian los síntomas y facilitan el disfrute. A la hora de elegirlos, debemos buscar productos que sean respetuosos con la flora vaginal y, si es el caso, compatibles con el uso de preservativos. También es necesario mantener una buena higiene íntima tanto antes como después de mantener relaciones sexuales.
maternidad
El embarazo es una etapa muy especial para la mujer, en la que vivimos grandes cambios tanto hormonales como físicos. En este momento, cuidar de nuestra salud más que nunca nos facilitará disfrutar de una maternidad gozosa y sin complicaciones.
Durante la gestación se producen cambios en la secreción de hormonas y en el aspecto de los genitales. La mucosa vaginal alcanza su máximo grosor y el pH del ecosistema es ácido.
Con todos estos cambios, las mujeres embarazadas son particularmente propensas a sufrir infecciones, como la candidiasis. Por eso, es necesario tener un cuidado especial en la higiene íntima, con productos pensados para esta etapa.
A lo largo de estos nueve meses, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios físicos muy rápidos. Por eso, es normal que surjan preocupaciones estéticas, como es el caso de las estrías, que podemos paliar con productos de cosmética especiales para esta etapa.
Otra necesidad que surge durante el embarazo es la de garantizar una alimentación óptima, que aporte todos los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé. Además de seguir una dieta adecuada, podemos recurrir a complementos alimenticios que ayuden a cubrir las necesidades nutricionales de esta etapa, incluso desde antes del comienzo del embarazo.
Después del parto comienza otra época muy especial para la mujer: la lactancia. El cuerpo va volviendo poco a poco a la situación anterior, pero esta recuperación puede llevar su tiempo. Para ayudar a que sea lo mejor posible, debemos prestar atención a los cuidados específicos de esta etapa, como mantener una buena higiene e hidratación en la zona de la episotomía y tratar las grietas que pueden formarse en la aureola.
Mientras la madre está dando el pecho, su producción de estrógenos disminuye, y esto puede llevar a una falta de lubricación vaginal. Por eso, es habitual sentir malestar al reanudar las relaciones sexuales. El uso de lubricantes permitirá aliviar estas molestias y volver a disfrutar de las relaciones. Con el tiempo, las hormonas volverán a normalizarse y este problema desaparecerá por sí solo.
menopausia
El climaterio es una etapa más en la vida de una mujer, que se prolonga durante los años previos y posteriores a la menopausia. Este periodo implica una serie de cambios físicos y emocionales, que pueden afectar a cada mujer de forma diferente.
La menopausia es el periodo en el que ha cesado el periodo menstrual por completo y los ovarios dejan de producir óvulos. Como consecuencia, la producción de hormonas femeninas (estrógeno y progesterona) disminuye y el pH se vuelve más alcalino (pH 7.0).
Debido a los cambios hormonales, es frecuente tener síntomas como sofocos, cambios de humor, problemas para conciliar el sueño y sequedad vaginal.
Podemos aliviar estas molestias siguiendo una higiene e hidratación íntima adecuadas y usando lubricantes para facilitar las relaciones sexuales. Dado que las características de la zona vaginal varían en cada etapa, es importante buscar los productos más adecuados para cada momento. También existen complementos alimenticios que pueden ayudar a conseguir una nutrición adecuada y, con ello, mejorar los síntomas como los sofocos, los cambios de humor y la disminución de la densidad del tejido óseo.
A medida que vamos cumpliendo años, se hace más frecuente la aparición de algunas enfermedades crónicas, como la diabetes. Este problema está relacionado con nuestra salud íntima, ya que las mujeres diabéticas sufren infecciones (como la candidiasis) con mayor frecuencia. Además, la diabetes también puede estar relacionada con una disminución de la lubricación vaginal. Si es nuestro caso, debemos prestar una especial atención a la higiene y el cuidado de esta zona.
En conclusión, con unos hábitos de vida adecuados, no hay motivos para no disfrutar de una buena salud y bienestar durante mucho, mucho tiempo.