Seguir una adecuada alimentación durante el embarazo es esencial para prevenir tanto problemas asociados al recién nacido, como partos prematuros, bajo peso o talla, malformaciones, etc., como enfermedades en la madre gestante.
La alimentación durante las primeras fases del embarazo debe ser, en definitiva una alimentación variada y equilibrada, con un aporte nutricional suficiente de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas saludables) y micronutrientes (vitaminas y minerales).
Prácticamente se deben aumentar las ingestas de todas las vitaminas y minerales, especial atención al ácido fólico, vitaminas del grupo B, C y D y a minerales como el fósforo, calcio y sodio (este último, el sodio, generalmente debe restringirse y controlarse bastante para evitar una mayor retención de líquidos en la gestante).
En cuanto a calorías se refiere, la recomendación general es aumentar en 300-450 kcal el aporte calórico diario a partir del segundo trimestre, siempre dependiendo de las necesidades de cada mujer (de este modo, una mujer que en condiciones normales deba ingerir 2000 kcal/día, durante el segundo y tercer trimestre del embarazo estará ingiriendo entre 2300-2450 kcal/día). La hidratación también es importante, la ingesta no debe ser menor de 2 litros de agua/día.
Sobra decir que hábitos como el tabaquismo y el consumo de alcohol están completamente desaconsejados durante el embarazo e incluso lactancia posterior al mismo, y que un aumento de la actividad física ligera es estupendo para llevar el embarazo de manera óptima.
Los complementos alimenticios orales enriquecen la dieta de la mujer y ayudan en el proceso de planificación del embarazo, durante el mismo y tras el parto/lactancia. Ofrece un aporte extra de vitaminas (Ácido Fólico, Vitamina B1, Vitamina B12), minerales (Calcio, Yodo, Hierro) y ácidos grasos omega 3 que asegurarán el bienestar de la madre y de su bébé.