La fibra dietética es fundamental para favorecer un adecuado tránsito intestinal.
La ingesta recomendada para un adulto sano es de 25 g/día, pudiendo variar entre los 20-35 g/día según la persona y las necesidades. Es importante destacar que tan malo es el defecto de fibra en la ingesta, como el exceso, causante de malabsorción de determinados minerales y de otras “incomodidades” como flatulencias, cólicos y distensión abdominal.
La fibra tiene capacidad para hidratarse, aportando saciedad y acelerando el paso de alimentos a través del estómago y el intestino, de ahí su importancia en la dieta. Por tanto, si tomamos fibra y queremos sacar todo el rendimiento de ella, debemos hidratarnos correctamente.
Para asegurarnos un adecuado aporte de fibra alimentaria, debemos incluir en nuestra dieta abundancia de frutas (con piel siempre que sea posible), verduras, legumbres y cereales, mejor integrales. Incluir salvado de avena en nuestra alimentación diaria es una solución ideal para mejorar los niveles de fibra y que nuestro sistema digestivo funcione a la perfección.