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Los días más cortos, los árboles sin hojas, los cielos nublados…

 

Aunque a algunas personas les encanta esta estación, otras muchas no están hechas para ella y en ocasiones puede incluso llegar a afectarles anímicamente.

 

Si este es tu caso, siguiendo estos sencillos consejos te aseguramos que te sentirás con más ganas de afrontar el bajón invernal.

 

  • Primero, y aunque el tiempo parezca no ser el más idóneo, sal a la calle: haz recados, vete de compras o, aunque sea, pasea sin rumbo. La luz del sol influye en nuestros ciclos circadianos y nos mantiene más alerta y mucho más despiertas.

 

Además, al exponernos a la luz solar absorbemos vitamina D, que mejora nuestro ánimo y evita el temido trastorno afectivo estacional. Para un cuidado completo y sin preocupaciones recuerda protegerte al salir utilizando un maquillaje fotoprotector.

 

 

  • Es posible que con la rutina diaria y las largas horas en la oficina no tengas tiempo de disfrutar de largos paseos bajo la luz del sol donde recargar toda esa vitamina D que necesitas. En ese caso, te recomendamos llevar una dieta sana y equilibrada que te proporcione todos los nutrientes necesarios y que supla la carencia de esta vitamina que puedas tener.

 

Si bien es recomendable que nuestra fuente de vitamina D sea el sol, ya que la cantidad que absorbemos es mayor y además se mantiene más tiempo en nuestro organismo, podemos incluir alimentos ricos en ella como marisco, setas, caballa, atún, huevos o leche. También existen alimentos con triptófano, un aminoácido que, aunque parezca increíble, nos ayuda a animarnos y que se encuentra en los plátanos, el chocolate o la avena.

 

  • Como se suele decir: «Mens sana in corpore sano». Mantente ocupada para salir del bucle de la rutina y el constante runrún de pensamientos negativos que, en ocasiones, pueden afectarnos incluso físicamente. Buscar una afición o hobbie puede ser perfecto para desarrollar tus inquietudes, evitar aburrirte y disfrutar de un desarrollo personal.

 

  • Por último, está más que demostrado que el ejercicio físico favorece que segreguemos endorfinas, un péptico que influye positivamente sobre nuestros neurotransmisores y que tiene un efecto analgésico que nos proporciona una sensación de euforia y bienestar.

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